TRÁPANI: La antigua “DREPANON”, se alarga hacia el Mediterráneo con su forma de hoz a cuya extrema punta se erige majestuosa la torre de Ligny, torre de reconocimiento del 1761, hoy sede del museo de Prehistoria. El mar, la clave de lectura más adecuada para conocer Trápani aún hoy es fuente de vida con la actividad de la pesca y ha sido en pasado fuente de riqueza con la pesca del coral. Una hermosísima colección de obras en coral es conservada en el Museo Pepoli a lado del Santuario dell’Annunziata, dónde es posible admirar la estatua de mármol de la Virgen de Trápani del siglo XIV. Caminando por las calles del casco antiguo se tiene la percepción de las varias estratificaciones culturales que han dejado huellas indelebles en el tejido urbano, arquitectónico y monumental de la ciudad. Basta con recordar el barrio hebreo con el palacio della Giudecca, el palacio Cavarretta, antigua sede del senado trapanese, la iglesia del colegio de los Jesuitas, la Catedral de S. Lorenzo, la iglesia del Purgatorio, dónde son custodiados los veinte grupos sagrados de los “MISTERIOS” de Trápani que cada año el Viernes Santo, renuevan la pasión y la muerte de Jesús en una imponente procesión que recorre, por 24 horas seguidas, las calles del casco antiguo.

LAS SALINAS Y LOS MOLINOS DE VIENTO: Y todavía es el mar, que por las salinas permite coger otro aspecto característico de Trápani y de toda su costa hasta Marsala. Las salinas y el cultivo de la sal, en esta área en que el mar se confunde con la tierra, han determinado en el curso de los siglos un unicum ambiental y paisajístico de gran valor cultural, antropológico y económico. El itinerario denominado la “Via del Sale” (Carretera de la Sal) con sus muchos molinos, cinco de los que recientemente restaurados, los cúmulos de sal cubiertos por tejas de terracota y el Museo de la sal de Nubia en el territorio de Paceco, recae en la Reserva de las Salinas de Trápani y Paceco y del Stagnone de Marsala.

Procesión de los Misterios

PROCESIÓN DE LOS “MISTERIOS”: Cada Viernes Santo en Trápani se vive una gran emoción. Es el día de la procesión de los “MISTERIOS”. Puntualmente, a las 14,00, desde la bonita iglesia barroca del Purgatorio que los hospeda durante todo el año, los Misterios de Trápani “salen” para concederse a la ciudad, para ofrecer a los trapanenses y a los numerosos turistas una intensa experiencia emotiva y de sincera conmoción, en que se entrelazan sentimiento religioso, cultura popular y tradición. Veinte grupos escultóreos, obras de las bodegas artesanas que se remontan a los siglos XVII y XVIII realizados en madera, tela cola y adornados con preciosas platas, que representan la Pasión y la Muerte de Cristo, recorren en una muy larga procesión las calles de la ciudad por veinticuatro horas sin alguna interrupción. La procesión, de origen española, se remonta al siglo XVII, constituye un patrimonio de inestimable valor artístico, histórico y cultural a que la ciudad entera queda intensamente atada.

ERICE ( KM 8 DESDE TP): Hay lugares en Sicilia dónde el mito se entrelaza con la historia y dónde la arqueología testimonia la vida de antiguos pueblos y civilizaciónes. En espléndida posición panorámica sobre Trápani, en silencio entre las nubes, se posa la ciudad de ERICE. Erice fue poblada por los Elimos que erigieron el templo dedicado al culto de la diosa de la fecundidad y el amor. Los siguientes dominadores titularon el templo a sus divinidades, así los Fenicios adoraron Tanit-Astarte, los griegos Afrodita, los Romanos la Venus Ericina. Sobre las ruinas del Templo todavía yergue hoy el Castillo de Venus, fortificado durante la dominación normanda. La ciudad es ceñida por paredes ciclópicas de instalación elima (siglo VIII a. C.). El casco antiguo presenta una instalación urbanística típica medieval con calles estrechas y sinuosas en las que se asoman hermosísimos corrales florecidos.

Famosa también en el ambiente automovilístico deportivo, porque sede de una etapa del campeonato italiano velocidad montaña.

Para informaciones: Cronoescalada Monte Erice

SEGESTA (KM 32 DESDE TP): Segesta, insertada en un sistema de dulces colinas que encierran sus preciosas joyas: el Templo y el Teatro. El templo dórico-siculo del siglo V a.C. surge intacto y majestuoso sobre una colina al centro de un sugestivo valle. El teatro griego que se remonta al siglo III a. C., cavado en la roca, se asoma desde la cima del monte Barbaro.

SAN VITO LO CAPO (KM 43 DESDE TP): La actividad principal de San Vito lo Capo es el turismo. Su clima, la playa, el mar, las callejuelas adornadas de flores, el pescado fresco, los perfumes intensos y sus panoramas, le brindan al turista la ocasión de una vacación inolvidable.

ISLAS EGADAS: Están ahí, frente al puerto de Trápani, cercanas, al alcance de la mano. Se divisan desde Trápani, desde las salinas de Nubia, desde Mothia, desde la cumbre de Erice y desde la costa que desde Trápani lleva a Monte Cofano. Se llega en pocos minutos, sin embargo, apenas llegados a las EGADAS se está lejos de todo, inmersos en un ambiente todavía incontaminado y de rara belleza. Favignana, dominada por el Monte de S. Caterina, dónde cada año en Mayo se repite el ritual antiguo de la pesca del atún, acoge al visitador con la majestad de la Tonnara Florio (Almadraba), ejemplo imponente de arquología industrial, pero también con la elegancia típica del estilo liberty del Palacio Florio; lo fascina con la limpidez de su mar rico de historia donde se combatió la batalla naval (guerra Púnica) de las Egadas en el 241 a. C. entre Romanos y Cartaginenses; lo captura con el silencio de sus calas: Cala Rossa, Cala Azzurra, Cala Rotonda, Grotta Perciata etc…La isla de Levanzo con sus fondos ricos en testimonios arqueológicos, cuyos antiquísimo orígenes se descubren visitando la Gruta del Genovés y observando las pinturas neolíticas de hace 5.000 años. A cerrar el triángulo mágico de las Egadas, Marettimo la más  lejana y la más salvaje, con sus resplandecientes grutas, las sendas de montaña, le brindan al turista la ocasión de encontrarse en perfecta simbiosis con la naturaleza.

La Mattanza

RESERVA DELLO ZINGARO: (KM 35 DESDE TP) Entre San Vito lo Capo y Castellammare del Golfo los declives ondulados que degradan hasta el mar, en una vastedad de pequeñas bahías, anuncian el principio de la Reserva natural dello Zingaro. Pequeños recorridos oportunamente dibujados por los barrancos, que acaban en el mar o trepan sobre los montes, concediendo de atravesar uno de los ambientes más íntegros del Mediterráneo. En esta zona nidifican decenas de especies de pájaros entre los que el halcón romero, el águila del Bonelli, ratoneros comunes, cernícalos reales, milanos reales y otros volátiles incluidos en la lista roja de las especies en vía de extinción, en un ambiente rico de plantas endémicas y raras que hacen de la reserva un verdadero oasis de biodiversidad. Sin embargo es la palma enana, símbolo de la reserva, que crece espontáneamente punteando cada pendiente y cada quebrada de la reserva.

MOTHIA: (KM 18 DESDE TP) Cuarenta hectáreas de historia suspendidas en el mar que, junto a la isla Longa, a aquella de S. Maria y della Scola, forman las islas del Stagnone, la más grande laguna de Sicilia contada entre las “zonas húmedas” más importantes de Europa. Asentamiento Fenicio-Púnico entre los más importantes del Mediterráneo, la isla se convirtió en un sitio estratégico por su cercanía a la poderosa Cartago. Mothia, cuya fundación viene históricamente situada alrededor del siglo VIII a. C., vuelve a la luz después de las excavaciones en el 1875.  El Jovencito de Mothia del siglo V a.C. es uno de los descubrimientos arqueológicos más relevantes de los últimos años.

SELINUNTE (KM 45 DESDE TP): La historia de Segesta se entrelaza a doble hilo con la de otra grande ciudad del pasado, su encarnizada rival: SELINUNTE. Columnas y ruinas de colosales templos griegos se suceden en el verde campo, que se acomoda sobre el azul intenso del mar. Ciudad de origen griego, fundada en la segunda mitad del siglo VII a. C., Selinunte está entre los parques arqueológicos más importantes del mediterráneo con la más extraordinaria colección de ruinas, la expresión más completa de la civilización siciliana de los siglos IV y V a.C. El templo C es uno de los más antiguos ejemplos de arquitectura templaria dórica existente, que se remonta a la primera mitad del siglo VI a. C.. El templo E, el más sugestivo, por su casi total reconstrucción.

SCOPELLO (KM 30 DESDE TP): Se desarrolla alrededor de la corte de un Bao, es posible iniciar un recorrido variegado, entre la visita a la vieja almadraba que se abre sobre la vista de los espléndidos farallones, y las bodegas de artesanos que trabajan la cerámica. La playa blanca de guijarros en Baia di Guidaloca alarga el desarrollo costero, en forma de anfiteatro, del golfo de Castellammare.

MARSALA (KM 30 DESDE TP): Marsala es rica de testimonios púnicos, romanos, árabes y españoles, entre los que son de particular interés la necrópolis de edad púnica, Villa romana con sus maravillosos mosaicos del siglo V, el excepcional resto de arqueología marina del barco púnico del siglo II a.C. y los establecimientos del vino Marsala.

PANTELLERIA (6 HORAS DE BARCO DESDE TP): Hace cientos de miles de años la gran explosión en el corazón del Mediterráneo hace emerger la cumbre de un volcán submarino. Aflora así, con violencia, Pantelleria, la perla negra del Mediterráneo, isla morena y de fuego, nacida del mar, del magma y de la lava incandescente. Aún hoy en la isla el volcán hace sentir su presencia. Continúan en efecto los fenómenos volcánicos secundarios sobre todo el territorio: las fumarolas o bien chorros de vapor ácueo que alcanza temperaturas muy elevadas. Las fumarolas dentro de grutas llamadas estufas son consideradas verdaderas saunas como el “Baño seco” en Siba o la estufa de khazen. El lago de Venus con sus barros ricos en sustancias minerales, ofrece uno de los panoramas más encantadores de la isla. Pantelleria, negra de piedra lávica y obsidiana, sin embargo isla verde por la rica vegetación, la más famosa uva es el Zibibbo de la que se produce el precioso Moscato Passito hoy tutelado por el D.O.C. Su tierra ha conocido las huellas de los Fenicios, Romanos, Vándalos, Bizantinos, Árabes, Normandos. El primer pueblo a habitar Pantelleria fue el asillamado pueblo de los Sesi, cuyo asentamiento en la isla se remonta a hace aproximadamente 5.000 años en época neolítica.